Para cuando se dieron los primeros esbozos de organización en el futbol americano en México, éste ya contaba con más de medio siglo de evolución en la Unión Americana. Los primeros intentos de traer al juego a suelo mexicano, a mediados de los 1890s, fueron asfixiados por la dictadura porfirista y por el conflicto interno que se avecinaba. Los aficionados al basquetbol saben a ciencia cierta quién fue James Naismith (aunque tal vez no sepan de su cercana relación con Amos Alonzo Stagg y los primeros años del ovoide); cualquier aficionado al beisbol sabe de Alexander Cartwright, e incluso de la leyenda de Abner Doubleday, además de tener cúmulos de información sobre los primeros astros del diamante, como Cy Young o los hermanos Wagner. ¿Pero cuántos aficionados al futbol americano saben de la historia de Leggett y Gummere? ¿Cuántos han oído hablar de Robert Grant y David Roger? ¿Cuántos saben quiénes están detrás de los nombres de los trofeos Heisman, Outland o Maxwell? ¿Cuántos aficionados en el resto de iberoamérica saben que México ya cuenta con una tradición de 80 años en la práctica de este deporte? Hoy, que buena parte de los países de habla hispana dan sus primeros pasos en la práctica organizada de este deporte, "El Juego que el CAM jugaba..." busca poner a su alcance las raíces del deporte de sus amores.
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