Un hombre de fe, un hombre de Dios y de convicciones eternas, un verdadero mercedario, nos deja a todos un legado inestimable. Siempre enérgico y dinámico, encarnó la misión con gran afán de redimir al pueblo sufriente y excluido del extremo sur de Piauí, a través de la dedicación y el servicio como misionero de Jesucristo. En la diócesis trabajó como rector del seminario Padre Zumel cuando el entonces obispo era Monseñor José Vázquez Díaz, fue profesor del Gimnasio Odilon Parente en la diócesis de Bom Jesus conocido como Padre Carrozas. Dom Ramón pasó por pruebas muy duras, para crear un nuevo clero, totalmente autóctono, dejando todos los municipios de la diócesis, con un sacerdote, casa parroquial, centro de comunidad pastoral. Fundó la diócesis con seis sacerdotes y la dejó con más de 25. Tenía una profunda devoción por la Virgen de la Merced.
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