En la humanidad y especialmente en las aulas de enseñanza de arquitectura desde los primeros años de contacto y aprendizaje en la carrera de arquitectura, siempre hablamos de espacios y se mencionan frases cómo: ¿Los espacios están bien conformados¿, ¿el espacio es cerrado¿ o ¿el espacio no está integrado¿. Constantemente utilizamos frases para describir relaciones de espacios arquitectónicos. Utilizamos las palabras de nuestro lenguaje para describir y nombrar a las formas y figuras físicas que tenemos ante nuestros ojos. Es importante notar que antes de empezar a nombrar verbalmente los espacios, se parte sobre la base que ya se tiene o se maneja un cierto lenguaje aprendido (Lenguaje oral materno), el cual se convierte en la base para la asimilación de todos los demás conocimientos sobre el mundo que nos rodea. Para Chowsky, N. (1988), la lengua aprendida es un conocimiento con la resistencia de una configuración física que soporta todo lo demás. ¿Una persona que habla una lengua ha desarrollado cierto sistema de conocimiento representado de alguna manera en la mente y en última instancia en el cerebro en alguna suerte de configuración físicä.