Por lo general, al igual que su madre, por ser una niña, la niña no tiene voz, privada de acceso a la escuela, a la herencia, a los recursos y a las oportunidades. Debido a que la sexualidad es considerada tabú, no puede hablar de ella, no puede disponer o controlar su cuerpo y decidir sobre él. Discriminada y maltratada por su género en la escuela y en el hogar, y entre las mujeres mayores por su edad. A través de la violencia, queda embarazada, es expulsada de la escuela, rechazada por la familia y la sociedad; sin apoyo, se ve obligada a casarse o termina en la calle; traumatizada, migra al trabajo sexual para sobrevivir, soportando el estigma de un trabajo que no es aceptado socialmente, ni protegido legalmente, donde vuelve a estar expuesta al ciclo de la violencia. Con el fin de empoderar a las niñas y a los grupos marginados, darles espacio y permitirles elevar sus voces en los espacios de toma de decisiones, un movimiento feminista juvenil de la RDC propuso un enfoque centrado en las niñas y basado en tres estrategias - Empoderamiento, Liderazgo y Activismo Feminista Temprano - que este libro les presenta a partir de sus quince años de experiencia.