Desde la escuela es necesario repensar la sociedad en una perspectiva de comunicación horizontal, democrática, que genere apropiación hacia unas bases de igualdad, participación real y efectiva en lo político, cultural y económico, protección a grupos vulnerables, mejoramiento de la calidad de vida, priorización en el gasto social, entre otros aspectos; con el fin de generar un tipo de sociedad civil que propenda por cultivar una ciudadanía activa, que crece fuera de los círculos políticos corruptos, que manifieste una lucha local y global y por ende sea capaz de generar soluciones ante un conflicto que en la ciudad no le toca, -como es el caso de las masacres- pero que en su ejercicio y proceso global de concienciación sabe que influye en sus perspectivas de vida y las del otro, -en su memoria y en la memoria de quienes necesitan que se sepa la verdad-. Los docentes tienen una disputa ardua entre cuáles son las metodologías, formas de enseñanza y orientaciones que se deben tener en cuenta para empezar a formular un trabajo desde el relato histórico y la memoria sobre la realidad de nuestro país y aún más sobre el conocimiento de dicha realidad en los jóvenes.