Una crisis atraviesa nuestra época. Se suele decir de ella que es económica y política. Y es cierto. Ahora bien, la tesis que mantiene este libro subraya que, además y más profundamente, la crisis del presente pertenece al espíritu cultural, entendiendo por él el modo en que el substrato vital de la comunidad entera se comprende a sí mismo y a todo lo que lo rodea. La cultura es ese fondo de visiones sobre lo real, valoraciones y modos de vida sobre el que toma asiento cualquier práctica social o política. Decir que nos enciontramos en un malestar de civilización significa que la cultura de nuestra civilización occidental genera un enorme y clandestino sentimiento de desazón, un inquietante desasosiego. El libro, por otra parte, intenta sostener que este malestar procede del hecho de que nuestra civilización occidental está enferma en el presente. Una afirmación así hay que tomarla con cierta precaución. Sería inadecuado al contenido de estas páginas atribuirle un espíritu catastrofista. Muy al contrario, pretende ser riguroso, lo consiga o no, al enjuiciar nuestro presente occidental y sugerir modos para transformarlo.
La enfermedad occidental se expresa en diversas "patologías de civilización". Ello significa que no están referidas a simples fenómenos de origen individual. Tales patologías poseen, más bien, un carácter ontológico-cultural, es decir describen modos de enfermedad que se extienden al ámbito trans-individual de la cultura occidental y actual. La acepción ontológica añade la significación según la cual tales formas enfermizas de existencia son presupuestos inmanentes, responsables de comprensiones o visiones del mundo en su globalidad y, por ello, de estilos subyacentes en nuestras valoraciones y prácticas colectivas.
Los autores que colaboran en el libro son prestigiosos pensadores españoles, acompañados por otros de origen latinoamericano y han intentado elaborar un texto coherente y articulado de modo sistemático.
La enfermedad occidental se expresa en diversas "patologías de civilización". Ello significa que no están referidas a simples fenómenos de origen individual. Tales patologías poseen, más bien, un carácter ontológico-cultural, es decir describen modos de enfermedad que se extienden al ámbito trans-individual de la cultura occidental y actual. La acepción ontológica añade la significación según la cual tales formas enfermizas de existencia son presupuestos inmanentes, responsables de comprensiones o visiones del mundo en su globalidad y, por ello, de estilos subyacentes en nuestras valoraciones y prácticas colectivas.
Los autores que colaboran en el libro son prestigiosos pensadores españoles, acompañados por otros de origen latinoamericano y han intentado elaborar un texto coherente y articulado de modo sistemático.