Las prácticas pedagógicas deben ser objeto de reflexión constantes ya que suelen sostenerse sobre modelos didácticos implícitos. El modelo didáctico implícito, como síntesis de creencias y conocimientos, se genera a partir de datos biográficos. Se halla presente en aquellas prácticas menos pensadas por lo que es ignorado en el discurso de la práctica. Cobra vida a instancias de la toma de decisiones que a diario realiza el docente para mediar entre el alumno y el conocimiento. Es así como afecta las estrategias y los estilos de enseñanza y lo hace al decir de algunos autores, desde "lugares ocultos". Una práctica consciente exige el posicionamiento explícito desde un modelo didáctico alternativo. De esta manera podrá fundamentarse ¿Qué se enseña? ¿Cómo se enseña? y ¿Para qué se enseña? Ese proceso llevará también a develar el modelo implícito y su rutinaria impronta en el quehacer didáctico cotidiano.