Hay relatos que nos cuenta la vida, basados en las realidades de personas varias, de tiempos concretos, de lugares en los mapas. Más o menos novelados, son los que yo suelo contar tras escucharlos con atención.Y también hay relatos que nos cuenta la fantasía, en los que no existen lugares en los mapas, ni tiempos concretos, donde es posible lo imposible para los personajes varios que los pueblan. Más o menos desprovistos de ficción, son los que yo no suelo contar tras imaginarlos, o soñarlos, con deleite. No suelo contarlos pero, a veces, como en esta novela, los cuento.