La obra el Oligofrénico es la antítesis de todo hombre racional que pretende entender las cosas como una fórmula, trata de un personaje sin nombre que no existe al ser un perfecto idiota, su logro es no saberse a sí mismo, se sabe al ser un hombre inútil, pero es el moho de su existencia que lo hace un idiota que no quiere justificar sus estupideces, solo las adopta e intenta no sólo ser un idiota, sino parecerlo desde sus pensamientos y aptitudes que lo hacen ser casi humano al recorrer varios recuerdos de su infancia desde el espejo del moho, pues el baño era su santuario donde expiaba sus culpas, la culpa de no ser un idiota como lo es el mundo, se esforzaba por ser idiota, pero hasta eso le salía mal, incluso como contaba su propia historia, por eso la frase de Bertolt Brecht: ¿ Las historias que se comprenden es porque están mal contadas.¿ Por eso no es una historia para ser comprendida, es para ser olvidada con la finalidad de que quede como una sombra al darse cuenta que carece de sombra y sufra por eso. También esta novela describe algunos lugares de Ecuador como El Puerto del Morro, Cuenca, Guayaquil y Guamote, donde se describen sus carnavales.