El presente trabajo analiza de qué manera Discursos sobre el arte del dançado, escrito y firmado por Juan de Equivel Navarro, publicado en Sevilla en 1642, funciona al mismo tiempo como un dispositivo de legitimación de determinadas prácticas de danza, un elemento de validación de los circuitos de poder, un instrumento pedagógico y una disertación moral del cuerpo. Analizaremos de qué manera, el libro se presenta como resultado de la puesta en escritura de relaciones entre el desarrollo de la imprenta, la persistencia de un pensamiento vinculado a tradiciones medievales y las modas de la corte española del siglo XVII en sinergia con las cortes de Francia e Italia. Nos abocaremos al análisis crítico de los modos de argumentación del primer capítulo del tratado de Esquivel, para observar de qué manera la razón de nombres opera en la regulación de las danzas en un proceso que codifica gestos y diseña espacios, acercando el danzar a la lógica del lenguaje porque pretende dotar de un carácter razonable a las llamadas acciones honestas, es decir, un carácter inteligible: sin equívocos.