Un extraño mapa que muestra a los jesuitas explotando unas fabulosas minas de oro aparece en el Río de la Plata en 1640. Inmediatamente, los varios enemigos de los Padres hacen aparecer el mapa en cada rincón de la región. El mapa es totalmente falso. La propia Compañía de Jesús exige a la Corona que difunda la verdad. ¿Existió el oro jesuita? A pesar de los esfuerzos de la Compañía, la pregunta sigue haciendo eco en la Argentina. En este libro, se sostiene la existencia del mito aunque de una forma muy diferente a la imaginada hasta ahora. La expulsión de los territorios hispanos en 1767 sorprendería a la Compañía en una virtual dependencia de una nutrida población esclava africana. Más de 3.500 esclavos se encontraban trabajando en las propiedades jesuitas del territorio argentino colonial, constituyendo a la Compañía en el principal poseedor de esclavos. Éstos constituían un factor esencial del sistema ignaciano. En esta obra se analiza la política esclavista de la Compañía, relacionándola también con una ética católica que la atravesaba, adaptándola y adaptándose en forma permanente. El verdadero oro de los jesuitas estaba constituido por su inmenso capital en esclavos.