La complejidad de las relaciones sociales, el debilitamiento de las organizacionesreligiosas y seculares de estrato popular en América Latina , el creciente sentido de la individualización como mecanismo de sobrevivencia en medio de un sistema económico excluyente y atomizado, en donde los valores del mercado y la prosperidad individual campean globalizadamente, nos exige formulamos la siguiente pregunta: ¿es posible hacer del poder una fuerza vital individual y colectiva inclusiva y no un instrumento mortal excluyente en las relaciones sociales desde la perspectiva de la espiritualidad y de la fe? La necesidad de cruzar información interdisciplinariamente es un ejercicio de suma importancia que enriquece el quehacer teológico y académico en general. Esta necesidad la asumimos como un reto y un riesgo. Este reto se nos transforma en riesgo cuando en el intento de enlazar razón y fe nos podemos perder en el racionamiento académico o nos extraviaríamos en la especulación filosófica existencial.