Un paciente politraumatizado es un herido que presenta varias lesiones, al menos una de las cuales pone en peligro su vida. No debe haber retrasos en su tratamiento y, sobre todo, no se tolera la improvisación. La implantación de un "sistema traumatológico" ha permitido en algunos países reducir la mortalidad entre un 20 y un 30%. Este problema de salud pública no debe concernir únicamente a la profesión médica, todos los actores políticos y de la sociedad civil deben implicarse. Informar a los ciudadanos a través de los medios de comunicación sobre las consecuencias de estas lesiones en su vida y las secuelas que provocan es esencial para reducir el número de estos accidentes.
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