El gran paradigma de los delitos de terrorismo es la inseguridad y la seguridad. El terrorismo tiene como principal objetivo causar el terror entre la sociedad, la búsqueda por combatir este terror por parte del Estado acaba por producir aún más terror con la excusa de estar combatiendo el terror. Por fin la sociedad se ve atrapada entre dos extremos: el terrorista que impone el miedo por un lado y el Estado que sin saber cómo combatir este mal, impone tanto o más miedo al crear ordenamientos jurídicos que califican personas como terroristas o ciudadanos. Entre estos extremos debemos elegir cual inseguridad es más segura, la del terrorista o la del Estado.