De cara a la constitución de la realidad y a la constitución del sí mismo existente, hay un único problema que late y acecha de manera silenciosa sin mostrarse del todo, pero que puede ser la clave al momento de entender la opción. Ante aquello que llamamos el optar, el hombre experimenta una conmoción o sacudida interior, se le puede llamar, afección de la conciencia, del espíritu, del alma, o incluso de la inteligencia sentiente. Lo cierto es que sería desde esta afección-conmoción que los destinos de los hombres pueden quedar en la luz o en las sombras de lo real. Cito como lo recuerdo: "muchos filósofos han comenzado su andar filosófico con una conmoción, o bien, toda su obra, o su sistema, se puede entender a la luz de una conmoción fortísima que marcó su vida", (Jorge Manzano, s.j.). Esta conmoción, o embestida del espíritu, o de la realidad, sería lo que llamo el "pi th de la opción".