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El Plan A es lo primero. Los planes b, c y demás secundarios, han hecho un mundo lleno de añadidos, de medios muy potentes, pero de raquíticos fines. Si el mundo está mal es porque las familias están mal. El Plan A es lo primero, es una solución, es la SOLUCIÓN. Sin embargo, la familia es lo más vulnerable, es hermosa, pero frágil. La familia es encuentro y vida: FIESTA, vida real. Los niños son la vida del mundo, el mundo fue creado para ellos, el mundo depende de la Esperanza. Los adultos y viejos solo son admitidos si han de ser como niños. Como padres, vivimos en el asombro; como familia,…mehr

Produktbeschreibung
El Plan A es lo primero. Los planes b, c y demás secundarios, han hecho un mundo lleno de añadidos, de medios muy potentes, pero de raquíticos fines. Si el mundo está mal es porque las familias están mal. El Plan A es lo primero, es una solución, es la SOLUCIÓN. Sin embargo, la familia es lo más vulnerable, es hermosa, pero frágil. La familia es encuentro y vida: FIESTA, vida real. Los niños son la vida del mundo, el mundo fue creado para ellos, el mundo depende de la Esperanza. Los adultos y viejos solo son admitidos si han de ser como niños. Como padres, vivimos en el asombro; como familia, descubrimos, conectamos y recomenzamos en medio del venir e ir de un espiral interior, impulsado por el Amor y la Voluntad de Dios. Pero este ser padres también implica entrar en batallas, por eso Laura y Juan son ante todo dos soldados, junto al pequeño batallón que hay en casa. Las familias se enfrentan hoy con la ideologización de la cultura, dentro de un nefasto contexto de la idea del progreso, en donde casi todo se reduce a producir y consumir. La batalla cultural es parte de la película, no podemos abandonar el mundo, el mundo necesita familias, hay demasiados salvajes, hay que domesticar al mundo... Al tiempo que lo artificial destruye lo real y padecemos encantados por cada vez más tecnología y pantallas, la vida, la familia, las relaciones con los demás y con la naturaleza se deterioran. Lo artificial se ennoblece, lo vivo se destruye. La pérdida del Dios inmutable, ha dado paso a un mundo frágil, mutante, que se desborona en medio de opiniones, que hoy son y mañana se contradicen. Los problemas psiquiátricos atestiguan esta ausencia y despropósito. La evidente destrucción del suelo vivo, el vacío llenado por economicismo y la huida constante en viajes, pantallas y compras, corresponden a un ser humano desnaturalizado, ajeno y ansioso. Contrario a esto, la Sabiduría disponible, ha estado siempre signada por la armonía coexistente en torno al medio ambiente. Por eso la vida rural y la agricultura orgánica entrañan en últimas, verdaderos elementos trascendentes y civilizatorios. La restauración, será una restauración filosófica y espiritual, una restauración de la familia y su Medio de vida. El verdadero culto es el culto a la Verdad, el cultivo del Amor, la trasmisión del culto y la cultura: la revelación de la Meta, encuentro y sentido. No es que la familia tenga una misión, la familia es una misión. El Plan A de MAMÁ está disponible y, por el bien de todos, debe ser leído.
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Autorenporträt
Soy Laura María, nací en Colombia en 1986, un país de muchos conflictos, pero al fin hermoso, el más hermoso de todos. Nací en Tuluá, un pueblo mediano y agradable, en el seno de una familia amorosa, aun cuando con las tensiones que nunca faltan. Soy comunicadora social por la Universidad Javeriana de Cali. Y no, mis grandes logros no son públicos, a pesar de que ahora esté publicando mis escritos. Mis mejores logros están en casa, soy la madre de seis hijos. En el 2015 decidimos, mi esposo y yo, irnos a vivir al campo. Desde esta experiencia rural y a partir de que hemos decidido educar a nuestros hijos en casa, es de donde se multiplican a diario mis aventuras, experiencias y enseñanzas. Mi vida es una vida privada, sin redes y sin enredos, con mucha atención hacia mis oficios maternos y labores de campo. Soy católica, oro, leo y aprendo y, como cualquier mortal, también sufro y cometo torpezas; tengo Esperanza, me informo de las cosas que pasan y le apuesto a un mundo mejor. Desde aquí estoy segura de mi aporte, de mi pequeño aporte, corroborando con Ernst Schumacher que lo pequeño es hermoso, y esa es mi motivación de madre que veo cada día crecer.