José de Verdad o el Regreso de los Héroes.Nos despedimos para volver a vernos cuando me toque partir, fue la consigna. Imposible será olvidar todo lo vivido y acontecido. Recuerdo cuando se presentó por primera vez en mi estudio; como un cliente más, pero terminé siendo todo oído, aprendiendo de su extraña sabiduría. Era joven, de una mirada penetrante e inteligente, tanto su aspecto exterior como su conversación indicaban una persona tranquila y serena, pero apasionada cuando se inspiraba y el discurso pasaba entonces a ser una pieza magistral.Cuando lo conocí, mis primeras preguntas fueron acerca de quién era, de dónde venía qué hacía en "la negra bahía", y recibí como insólita respuesta una supuesta descendencia del quijotesco caballero de la mancha y el delirio -para mí en ese momento- de querer " limpiar a la negra bahía de las tinieblas que la envuelven ", según su particular expresión. En donde sí pude vislumbrar un lejano "parentesco", en lo único en aquel entonces, fue en la locura, ya que suele ser genética -pensaba para mí- de acuerdo a las opiniones académicas y científicas. Es que yo creía, decididamente, estar tratando con un insano.