La escuela mixta y el acceso femenino masivo a la educación superior, constituyeron condición necesaria pero no suficiente a la igualdad de oportunidades entre hombres y mujeres en el mundo laboral, en el acceso a ámbitos de poder, en la toma de decisiones. Estereotipos sexistas hegemónicos en la socialización escolar contribuyen a reproducir expectativas diferenciadas según género. En el aula, ellas son más aplicadas, constantes y autocontroladas; ellos son más dispersos, indisciplinados e inconstantes. Si ya no hay barreras formales al ingreso femenino a todas las orientaciones en la enseñanza, ¿por qué persisten carreras "masculinas" y "femeninas"? A pesar de su mayor éxito escolar, ellas construyen una autopercepción negativa, se anticipan a las dificultades profesionales asociadas a su condición de mujeres y tienden a autoexcluirse de ciertas áreas científicas.