El sistema penitenciario brasileño es particularmente notorio por sus carencias y deficiencias. La pena privativa de libertad (pena de prisión), como medio de resocialización del individuo criminal, no ha demostrado ser la forma más eficaz de combatir la delincuencia y la criminalidad. Al contrario, las instituciones penitenciarias se han convertido en una escuela para el crimen y en el principal instrumento de control social de las clases subalternas. Partiendo del argumento de que el sistema penal ha actuado de forma selectiva y estigmatizadora, se señalarán las principales consecuencias que la pena de prisión es capaz de fomentar. El objetivo es analizar la criminología crítica en relación con el papel del sistema penal como dispositivo reproductor de la desigualdad social. También se presenta un nuevo paradigma denominado justicia restaurativa como alternativa al sistema penal. Por último, se analizarán las políticas criminales alternativas que se preocupan por cambiar el contexto social, utilizando los medios más adecuados para buscar una defensa eficaz de los intereses de toda la comunidad.
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