En el largo siglo XIX más de cinco millones de personas emigraron de la Monarquía de los Habsburgo. ¿Quién estuvo al lado de esta gente en su arduo viaje? Una de las primeras y más importantes organizaciones en involucrarse en la Monarquía Austro-Húngara fue la Asociación Austriaca de San Rafael. Esta asociación católica tomó el nombre de la institución ya existente de la asistencia social a los emigrantes en el Reich alemán y formaba parte de una red internacional. En las ciudades portuarias más importantes del mundo, la asociación creó refugios y designó a hombres de confianza para ofrecer una amplia gama de ayuda "in situ". Una serie de servicios sociales (información, asesoramiento, ayuda para el cambio de moneda o la adquisición de equipajes), litúrgicos (servicios de la iglesia, sacramentos, celebración de la misa en los transatlánticos) y pastorales (consuelo, apoyo, confesión) garantizaron un apoyo integral y dieron a las mujeres, hombres y niños en sus estaciones de emigración un sentimiento de seguridad y de integración en una comunidad nacional, al menos en parte.