En el siglo XX Venezuela sufre un grave déficit habitacional, por ello el régimen militar (1948-1958) fija políticas a ser ejecutadas por el Banco Obrero (BO) ente oficial creado en 1928 para facilitar a obreros pobres comprar casas baratas e higiénicas. Allí se abre en 1951 el Taller de Arquitectura (TABO) donde proyectan basados en la tradición constructiva local, la europea de los 20 y Le Corbusier. Gracias a planes del TABO se construyen entre 1951-58 más de 28000 viviendas situadas en 21 ciudades: 52 urbanizaciones diversas arquitectónica y urbanísticamente, de trazado cuadricular con casas unifamiliares aisladas, pareadas o continuas y pocos servicios comunales, unidades vecinales de bloques bajos y casas, vías vehiculares-peatonales separadas, áreas y servicios públicos, y unidades de habitación de gran altura con servicios, zonas comunitarias y residencias. Esa cifra de alojamientos supera los 12000 erigidos por el BO en sus 23 años anteriores, pero el 75% se ubica en Caracas, la mayoría en superbloques, evidenciando que la declarada labor nacional del Estado se enfoca en la capital y refuerza el centralismo político-económico del cual lo habitacional es muestra concreta.