Uno de los motores principales del presente trabajo está cimentado en la confianza que encuentro en el teatro documento como medio de denuncia para impulsar profundos cambios sociales. Las actuales condiciones de vida en México para un importante porcentaje de la población son profundamente hirientes e indignas. Las acciones impuestas por las altas cúpulas políticas son cada vez más procaces y perjudiciales, y sin embargo la maquinaria no se detiene, dirigiéndose paulatinamente a un despeñadero. Gobernado por una clase oligárquica que accede a los altos puestos sólo para continuar acrecentando su poder y capital, e inducido (de manera forzada y agresiva) al olvido a través de unos medios de comunicación que se encargan de comunicar únicamente aquello que sirve para mantener el statu quo, México es un país donde un medio alternativo y de gran utilidad para impulsar resistencia es justamente la forma de hacer teatro mencionada.