Hablar de literatura siempre es complejo, ya que su propio concepto sigue siendo algo instigador para los estudiosos de la Teoría de la Literatura. La complejidad se hace aún mayor cuando hablamos de la Literatura como componente curricular o de su uso general en nuestra vida escolar cotidiana. El texto literario es artístico y, por tanto, requiere cierto cuidado en su tratamiento, permitiendo varias interpretaciones. El uso de la literatura en el aula es controvertido porque puede quitarle su carácter lúdico, haciendo que un texto que podría estar destinado al placer de la lectura se convierta en autoritario. En la Enseñanza Fundamental, la literatura es uno de los recursos de la Lengua Portuguesa, en la que se puede proporcionar relajación a través de momentos de lectura. En Secundaria, la Literatura es uno de los componentes curriculares, con estatus propio y lecturas denominadas obligatorias. La literatura puede despertar el placer y la exigencia de la lectura, pero eso no significa que la exigencia no sea necesaria, como ocurre en otros componentes; hace falta una metodología que cambie el autoritarismo por la emancipación.
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