La primera área protegida del mundo nació en los EEUU a fines del siglo XIX, el concepto primigenio de Parque Nacional (PN) fue acuñado con ciertas particularidades que lo hacían funcional a una política de conformación Nacional. Las tierras del oeste de Norteamérica no estaban ocupadas por el estado o por ciudadanos norteamericanos, eran tierras de indios. A través de la metáfora del desierto se crea un discurso que avala la incursión del estado y el hombre blanco hacia el lejano oeste. Estas cualidades que reúnen el concepto original de parque nacional son igual de funcionales para cualquier Nación que se encuentre en un contexto similar y es así que el modelo conservacionista estadounidense se reproduce a lo largo del mundo, obviamente adaptado a las condiciones de cada caso particular. En Argentina un estado en formación las áreas protegidas se transforman en un instrumento muy valioso. Posibilita, hacer efectiva la presencia del estado en una zona no integrada al sistema Nacional (la Patagonia y el noreste), configurar una identidad colectiva nacional y solucionar diferendos limítrofes con estados vecinos.