Los embalses, necesarios para asegurar el desarrollo de las comunidades en zonas áridas y mediterráneas, constituyen una reserva estratégica de agua, por lo que son prioritarios para los gobiernos desde mediados del pasado siglo. No obstante, esas grandes obras hidráulicas ocupan enormes extensiones superficiales y, a veces, anegan asentamientos humanos que tienen que ser desalojados, mediante expropiaciones o medidas compensatorias, por "interés social". En el Alentejo, portugués, con la construcción del gran embalse de Alqueva, sobre el río Guadiana, se procedió al análisis sociodemográfico y cultural previo a la inundación de la freguesia (pedanía) de Aldeia da Luz. Esta experiencia novedosa es la que recogemos en esta obra.