El actual brote de COVID-19 fue causado por un nuevo coronavirus, el SARS-CoV-2. Accede a las células huéspedes a través de la proteína de la enzima convertidora de angiotensina 2 (ACE2), que es expresada por las células endoteliales (CE) y se expresa muy abundantemente en los pulmones. El SARS-CoV-2 utiliza una glicoproteína de superficie (peplómero) llamada "spike" para acceder a las células huéspedes y se ha revelado que la ECA2 es un co-receptor para la entrada del coronavirus. La presentación del antígeno del SARS-CoV depende principalmente de la molécula del MHC I, pero el MHC II también contribuye a la presentación. Basándose en el mecanismo de una infección viral aguda común, el perfil de anticuerpos contra el virus del SARS-CoV contiene un patrón característico de producción de IgM e IgG. Al final de la semana 12, los anticuerpos IgM específicos del SARS desaparecen, mientras que los anticuerpos IgG pueden durar más tiempo, lo que demuestra que los anticuerpos IgG pueden desempeñar principalmente un papel protector, y los anticuerpos IgG específicos del SARS son principalmente anticuerpos específicos S y N. Las manifestaciones clínicas no sólo se encuentran en la mucosa de las vías respiratorias, sino también en el sistema cardiovascular, los riñones, el sistema nervioso central, el embarazo, la piel, la cavidad oral y el sistema digestivo. El diagnóstico de la presentación clínica de COVID-19.
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