Las enfermedades parasitarias transmitidas por alimentos (EPTA) son conocidas desde la antigüedad. Tienen amplia distribución. Son endémicas y epidémicas, focalizada o diseminada, en el hogar o comercial/social. Un porcentaje variable de los casos de enfermedad diarreica aguda es causado por el consumo de agua o alimentos contaminados con formas infectantes de los parásitos. Las ETA parasitarias causan enfermedad diarreica/sistémica en ocasiones, con mayor frecuencia en los climas cálidos y húmedos. La OMS define las enfermedades transmitidas por alimentos como "el conjunto de síntomas originados por la ingestión de agua y/o alimentos que contengan agentes biológicos (plaguicidas o parásitos) o no biológicos (plaguicidas o metales pesados) en cantidades tales que afectan la salud del consumidor". Los principales factores que producen estas complicaciones son: Inadecuada cadena de frío o indebida interrupción de la misma. La manipulación de alimentos por personas infectadas por bacterias o parásitos. Escasa cocción de los alimentos. Contaminación cruzada, es decir, mezcla de alimentos crudos con cocidos. Alimentos en mal estado.