Cuando las ultimas antorchas por la paz se apaguen en el planeta y la humanidad sienta la presencia de la barbarie, del fascismo, del terrorismo, de la crueldad, de la maldad, del caos. Acudirá presa de pánico a invocar sus dioses en medio de la oscuridad. Pero sus dioses sordos, ciegos, no escucharan sus lamentos. Es tarde, muy tarde para la humanidad. Su conducta depredadora, los ha marcado con la cruz de Caín. La humanidad no tendrá lugar a donde ir. Ese es el resultado de la anarquía del ser humano, no entender que hay reglas para la vida en el ecosistema universal y de la Madre Tierra.Los pacificadores, fuimos hechos, con el mayor grado de energía del amor y por eso somos amantes de la paz en el Universo, la Madre Tierra y el ser humano. No hay razón para sentirnos tristes o derrotados, nuestro clamor esta siendo escuchado en el universo de Dios. El hecho de que la historia de los pueblos, muestre en todos los siglos, los hechos de la barbarie, no quiere decir que va a ser una constante en el tiempo eterno de Dios.