La enseñanza de la historia está estrechamente ligada a espacios de poder relacionados con la transmisión de ideologías y de cultura, y en menor medida a espacios de resistencia a esta transmisión. De esta forma se establece, conciente o inconcientemente en las aulas, un desarrollo del curriculum ligado de manera prioritaria a las formas tradicionales de análisis de las estructuras, generándose procesos de enseñanza aprendizaje poco pertinentes y descontextualizados a la realidad cultural e histórica percibida y vivida por los estudiantes. La investigación que se presenta se centra específicamente en evaluar la función de la microhistoria en el proceso de enseñanza aprendizaje de la historia nacional, así como a presentar una propuesta didáctica, entregando elementos de análisis contextualizados y cercanos a los estudiantes desde lo particular, facilitando una mayor comprensión de los procesos macroestructurales.