Enseñar Cirugía a futuros cirujanos termina estando más cerca de ser capaces de descubrir dotes innatas y encauzarlas que de pretender modular el carácter de quien no cuenta con ellas. En ese sentido, la tarea del maestro de Cirugía se parece más a la del escultor - que encuentra en el seno de la piedra la obra preexistente y la pone de manifiesto - que a la de quien traza un dibujo sobre el papel en blanco.