En todo conflicto social podemos hallar, además de enfrentamientos físicos, una producción ideológico-política proveniente de diversas fracciones sociales que intentan explicar esos enfrentamientos, atribuyendo propiedades a las acciones y a las personas que las producen. Generando así un campo de disputa por el sentido de la acción. ¿Cómo se relacionan las interpretaciones expresadas en el plano simbólico-discursivo con las confrontaciones físicas? ¿Quiénes producen esas manifestaciones, y en qué momentos específicos del conflicto? ¿Qué explicaciones surgen de esta relación? Estos son algunos de los interrogantes que se intentará desarrollar en la presente investigación.Con el análisis de declaraciones publicadas en medios gráficos y el relevamiento de fuentes primarias, tratamos dos protestas desarrolladas en 1996 y 1997 en la provincia de Neuquén, Argentina. El objetivo general será desentrañar el proceso de estigmatización y criminalización de la protesta que, además de instalarse en el plano político y jurídico, también desencadenó ideológicamente lo que se podría llamar un nuevo paradigma de la seguridad.