La historia de los Trastornos de la Conducta Alimentaria tiene sus orígenes hace siglos. Entre los primeros de este conjunto de desórdenes se encuentran el de Santa Catalina de Siena durante la Época Medieval. Esta joven, aproximadamente a los siete años de edad, comienza a manifestar una conducta marcada de rechazar alimentos y de ayunar. Una vez ingresa a la Orden de las Dominicas y funge como consejera del Papa Gregorio IX en Avignon, se frustra al no lograr la unificación de los estados papales de Europa. Al sentir tanta frustración, aumentó los patrones de restricción y preocupación por la comida, la joven falleció por desnutrición.