La escasez de agua es un problema crónico en Túnez desde hace décadas. Es una lacra que perturba la estabilidad social, obstaculiza la creación de empleo y, en consecuencia, dificulta la lucha contra el paro y la pobreza.Esta escasez repercute también negativamente en el desarrollo de las regiones del interior del país, marginadas desde hace décadas. Las causas de esta escasez crónica son de dos tipos. En primer lugar, hay causas naturales ligadas a un clima de cinco niveles, con precipitaciones variables en el espacio y el tiempo, y recursos hídricos, tanto superficiales como subterráneos, relativamente limitados y sobreexplotados. A estas causas naturales se suman la mala gobernanza y la gestión ineficaz del sector del agua.A pesar de esta complicada situación, no faltan soluciones para mitigar las repercusiones negativas. En breve se pondrá en marcha una estrategia de crisis.
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