I. PREDICCIONES PARA EL AÑO 1708 EN LAS CUALES EL MES, Y EL DÍA DEL MES SON PRECISADOS, LAS PERSONAS NOMBRADAS, Y LAS GRANDES ACCIONES Y EVENTOS DEL AÑO PRÓXIMO ESCRUPULOSAMENTE RELATADOS, TAL COMO VENDRÁN A SUCEDER. ESCRITAS PARA EVITAR QUE EL PUEBLO DE INGLATERRA SIGA SIENDO ENGAÑADO POR LOS VULGARES FABRICANTES DE ALMANAQUES. POR ISAAC BICKERSTAFF, Esq. John Partridge era el seudónimo de John Hewson, uno de los muchos astrólogos o «fabricantes de almanaques» que se enriquecían entonces (como hoy) gracias a la ignorancia de la gente. Pero el suyo fue un caso particular: rápidamente se convirtió en el protegido del rey Guillermo y en médico de la corte. En 1708, Swift ¿tanto por su odio a la ignorancia como por razones políticas¿ decidió demolerlo; la manera en que lo hizo constituye, al mismo tiempo que una de sus burlas más crueles, la demostración del poder casi mortífero de su literatura y de su inteligencia. Adoptando el seudónimo de Isaac Bickerstaff, astrólogo ficticio, publicó sus Predicciones para el año 1708, en las que anticipó la muerte de Partridge para el 29 de marzo. En la mañana del 30 de marzo los canillitas londinenses vocearon otro texto swiftiano: una Elegía por la muerte de Partridge, y pocos días después, la Carta a un Lord, en la cual un supuesto testigo imparcial narra los detalles de esa muerte. Pero Partridge era estúpido: en vez de callarse, se le ocurrió refutar a Swift, haciendo público el hecho de que no sólo estaba vivo, sino que también lo había estado el 29 de marzo. Entonces llegó el golpe fatal: la Vindicación. La burla se hizo célebre; amigos de Swift, como Pope, Congreve, Gay o Steele, tomaron parte en la «controversia» publicando anuncios en los que probaban o se condolían de la muerte del astrólogo. Fue el fin de Partridge. Casi se puede decir que Swift lo mató escribiendo.
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