Para Aldo Ferrer, "la globalización constituye un sistema de redes", que conecta buena parte de los procesos asociados, de manera favorable o desfavorable, con el bienestar de la Humanidad: movimiento de personas, comercio, inversiones. En un escenario así, las sociedades se enfrentan al desafío de insertarse de la mejor manera posible y la integración entre ellas ha sido una de las modalidades para abordarlo. Este trabajo apunta a analizar, con propósitos comparativos, dos de las dimensiones presentes en la construcción de los procesos de integración de la actual Unión Europea y del Mercado Común del Sur: el distinto papel asumido por el Estado-nación y la manera cómo se ha impulsado una interdependencia económica en ambas regiones. Un punto en común radicaría en la relevancia de la "afirmación democrática" como idea fuerza movilizadora, al menos inicialmente, en ambos casos.