La migración entendida como un fenómeno iusnaturalista o iuspositivista es el objeto de estudio y unidad de análisis de la aproximación neoinstitucional. La vertiente que puntualiza los derechos humanos como inalienable supone que los flujos migratorios están sujetos a las leyes que rigen los residentes. En este sentido, se asume que los usos y costumbres de los migrantes pueden coexistir con las tradiciones de los oriundos siempre que se circunscriban a la esencia de los valores humanos tales como la libertad y la equidad.