Numerosas investigaciones señalan al hecho de que a pesar de que la salud mental del docente universitario es un valor por sí mismo pues además de contribuir a la salud general, al bienestar individual y colectivo, incide directamente en la elevación de la competencia profesional y a la calidad de vida, constituye uno de los factores de riesgo fundamentales menos tratado científicamente. Teniendo en cuenta esta problemática y la ausencia de modelos de intervención en la promoción de este rubro tan importante en los predios de la Nueva Universidad, la presente investigación propone una estrategia utilizando las potencialidades de la Educación Postgraduada para el tratamiento efectivo del bienestar psicológico como elemento clave de la salud mental y su incidencia positiva en el desempeño laboral del profesional de la Educación Superior.