El diseño pasivo responde al clima local y a las condiciones del lugar para maximizar el confort y la salud de los usuarios del edificio, al tiempo que se minimiza el uso de energía. La clave para diseñar un edificio pasivo es aprovechar al máximo el clima local. La refrigeración pasiva se refiere a cualquier tecnología o característica de diseño adoptada para reducir la temperatura de los edificios sin necesidad de consumo de energía. Por consiguiente, los edificios consumen gran cantidad de energía para lograr el confort térmico de los usuarios. Para lograr el objetivo de la comodidad térmica en los edificios, la refrigeración pasiva es una de las prácticas sugeridas en las que se hace hincapié para que se adopten en muchos edificios de todo el mundo, de los que las instalaciones educativas han sido un objetivo importante como oportunidad para lograr la comodidad térmica. Cuando se trata de instalaciones educativas, los usuarios finales, que suelen ser estudiantes, profesores y otros ocupantes, pasan casi el 50% del día entero dentro de los edificios. Para añadir el 50%, la ocupación se produce predominantemente durante el día, cuando las condiciones ambientales son adversas para la supervivencia humana, creando así una incomodidad térmica que a su vez conduce a una baja productividad y a la insatisfacción de la ocupación.
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