Es evidente que en el entorno educativo se presentan diversas situaciones conflictivas tales como las diferencias de opiniones, el desacuerdo de las acciones que se puedan realizar, la falta de comunicación asertiva, las dificultades para el trabajo en equipo, la imposición de criterios de unos sobre otros, la dificultad en el manejo de emociones entre otras. Es por eso que se hace necesario generar herramientas que permitan mitigar estás situaciones que afectan el sano clima laboral y por supuesto la convivencia entre los diferentes miembros de la comunidad universitaria; fomentando los valores y las habilidades para la resolución de conflictos de una forma justa y equitativa, permitiendo la generación de un contexto armónico y de interacción.