La posmodernidad ha modificado las estructuras de las familias pues trae consigo múltiples realidades simultáneas, el culto al individualismo y el descrédito de la autoridad. Esta estructura social impregna a las familias y la forma de enfermar de sus miembros, de forma que los TCA se convierten en la forma de enfermar típicamente posmoderna. Este estudio analiza las diferencias estructurales que existen entre familias con patología y otras que no la tienen. Los resultados indican estrategias para la intervención clínica en TCAs e ilustran la conveniencia de crear escuelas de padres para su prevención universal.