A partir del recorte longitudinal del caso clínico de un niño, se analiza el despliegue de la función materna y paterna en el devenir de su constitución psíquica, las implicancias en su desarrollo y cómo va evolucionando a partir de un cambio en el posicionamiento de ambos padres. Las manifestaciones del juego del niño, la expresión de su lenguaje, y la organización del yo desde un enfoque metapsicológico, son las fuentes para analizar el desarrollo psíquico. A su vez, se contempla el impacto de la llegada del diagnóstico de TEA, enlazado al de discapacidad, y las implicancias aparejadas.