La anemia en la mujer durante el embarazo es muy común, afecta a la sangre materna y provoca hipoxia, lo que provoca cambios en la estructura de la placenta. La anemia también ejerce profundos cambios en el sistema circulatorio materno y tiene graves efectos tanto en la madre como en el feto. El crecimiento del feto está íntimamente ligado al de la placenta, debido a la transferencia de nutrientes y oxígeno a través de la misma. El estudio microscópico reveló que las anomalías histomorfológicas debidas a la hipoxia comprenden algunos cambios en la estructura de la placenta, como el aumento de los capilares por vellosidad, el engrosamiento de la membrana basal capilar y de la membrana basal trofoblástica, el engrosamiento del sincitiotrofoblasto, el aumento de la fibrosis y del nudo sincitial y la aparición de la membrana vascosincitial. Todos estos cambios se produjeron para mantener una eficiencia suficiente de la placenta debido a fenómenos compensatorios, para cumplir con la demanda de oxígeno en el feto.
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