El intento de suprimir el dolor causado por procedimientos quirúrgicos mediante el uso de fármacos se remonta a la antigüedad, incluyendo la administración oral de etanol y opiáceos. El estudio fue realizado en un hospital público de Campina Grande-PB, con abordaje cualitativo-cuantitativo. Se analizaron 65 pacientes, con edades entre 41 y 60 años, la histerectomía fue el procedimiento más común y la mayoría de las pacientes no eran hipertensas. Entre los anestésicos estudiados, la bupivacaína pesada tuvo la mayor incidencia en el estudio, seguida de la morfina y el midazolam. También se observó que los vómitos y los mareos eran las RAM más frecuentes. La cefalotina y la dipirona fueron los medicamentos concomitantes más utilizados. En el periodo posquirúrgico, los fármacos más utilizados fueron la metoclopramida, seguida de la dipirona y la cefalotina. Los resultados de este estudio sirven de base para futuros estudios sobre la elección de las técnicas anestésicas adecuadas para los procedimientos quirúrgicos, con vistas a minimizar la aparición de efectos adversos que podrían prolongar la estancia hospitalaria.
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