Disponer de agua potable es una necesidad humana y un derecho de todo hombre, mujer y niño. La gente necesita agua limpia para mantener su salud y su dignidad. Disponer de agua de mejor calidad es esencial para romper el ciclo de la pobreza, ya que mejora la salud y la capacidad de trabajo de las personas. Sin embargo, el deterioro de la calidad del agua amenaza los avances logrados en los últimos veinte años para mejorar el acceso al agua potable. Entre 1990 y 2011, los esfuerzos mundiales han contribuido a que 2.100 millones de personas tengan acceso a agua potable mejorada, pero no todas estas nuevas fuentes son necesariamente seguras. La calidad de nuestros suministros mundiales de agua dulce está cada vez más amenazada por la contaminación. Aunque el agua contiene contaminantes naturales, cada vez está más contaminada por las actividades humanas, como la defecación al aire libre, la gestión inadecuada de las aguas residuales, el vertido de basuras, las malas prácticas agrícolas y los vertidos químicos en las instalaciones industriales. La contaminación química del agua potable, tanto natural como causada por la contaminación, es un problema muy grave. Los análisis de la calidad del agua son una herramienta que puede ayudar a identificar el agua potable segura. Los análisis del agua desempeñan un papel importante en la verificación de la seguridad del agua potable y la investigación de enfermedades.
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