Desde la creación de la primera comunidad europea en 1951, el proceso de integración ha tenido diversas fases y características. Sin poder asimilarlo a un proceso constituyente estatal, el mismo se ha visto siempre condicionado por la incapacidad de saber realmente hacia dónde iba, preponderando los aspectos económicos y competenciales. Todos los pasos que se han dado se han visto envueltos en debates esenciales sin querer mirar el elefante de la habitación: si queremos realmente constituir un Estado federal europeo, lo que implicaría disolver los estados actuales. Este libro analiza, partiendo del proceso histórico, las claves de la integración, los debates entre las posiciones federalistas y confederalistas, y las opciones de futuro.