Sobre la base de una amplia definición de la cultura, este ensayo intenta señalar el origen de la identidad cultural del continente europeo, en concordancia con su historia milenaria. En una apretada síntesis conceptual se repasan los hitos más importantes por donde trascurrió el pensamiento de los intelectuales que se expresaron en latín, pero sin perder de vista la influencia de la cultura griega en el período clásico. En otro orden de ideas, se plantea la necesidad de conservar activa ¿no necesariamente viva- la lengua del Lacio, utilizando como instrumento de acercamiento al latín literario, la producción reciente de obras en neo latín, concepto a cuya aclaración se dedica parte del enfoque esencial del libro.