El deterioro de los suelos se encuentra entre los problemas más apremiantes de la crisis alimentaria mundial. Este es mucho más acentuado y acelerado en regiones tropicales y subtropicales debido a las interacciones de las características de los suelos y el clima, con las prácticas inadecuadas de manejo agrícola (Primavesi, 1990). La evaluación de la calidad del suelo es una actividad de gran prioridad y urgencia en los tiempos contemporáneos si decidimos avanzar por el camino de la producción agrícola sostenible, la protección ambiental y la seguridad alimentaria. Los indicadores de calidad del recurso suelo para su uso, pueden constituir en si propiedades del suelo con un alto nivel de sensibilidad bajo determinadas condiciones edafoclimáticas, capaces de indicar las tendencias del suelo en su degradación o mejoramiento y que a la vez puedan expresar con medidas de carácter locales o internas con mínimos insumos un cambio que represente lo suficiente como para lograr rendimientos económicamente viables e impactos ambientales favorables. La obra puede despertar el interés de científicos, profesionales ambientalistas y promotores de la agricultura orgánica.