El desgaste erosivo de los dientes ha sido durante muchos años una condición de poco interés para la práctica clínica dental o la salud pública dental. Al haber un cambio en el estilo de vida, la cantidad total y la frecuencia de consumo de alimentos y bebidas ácidas también han cambiado, lo que ha provocado un aumento de la erosión dental. Existen diferentes factores predisponentes y etiologías de esta condición erosiva. La interacción de factores químicos, biológicos y de comportamiento es crucial y ayuda a explicar por qué algunos individuos muestran más erosión que otros, incluso si están expuestos al mismo desafío ácido. Una historia clínica y dental completa, así como los hábitos y prácticas alimentarias, y los análisis salivales (microtáctil, telemétrico) y microbianos ayudan a determinar los factores de riesgo. La identificación del origen del factor de riesgo orienta al clínico hacia la eliminación de los agentes etiológicos y predisponentes. Por lo tanto, el conocimiento exhaustivo de los diferentes factores de riesgo es un requisito previo para poner en marcha medidas preventivas (no preventivas) y, en caso necesario, terapéuticas (intervencionistas) adecuadas. Este resumen ofrece una visión de la evaluación del riesgo de erosión dental y sugiere medidas preventivas adecuadas en la práctica dental.
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