La biocerámica se utiliza con frecuencia en la industria médica para sustituir los órganos defectuosos y los tejidos enfermos de los organismos vivos. Este campo ha beneficiado a un gran número de personas. La historia de los implantes no es nueva, pero con el desarrollo de las nuevas tecnologías, el uso de biocerámicas en el interior del cuerpo humano se ha generalizado. Los materiales bioactivos son de especial interés por su amplia gama de propiedades, entre las que se incluyen su rápida velocidad de reacción, responsable de su fijación al hueso, su naturaleza no tóxica y la facilidad para controlar su velocidad de reacción modificando su composición de acuerdo con una función concreta. Los materiales bioactivos aprovechan el hecho de que la apatita es una fase mineral importante del hueso y forman una estrecha unión con el hueso mediante la formación de una capa de apatita en su superficie. Al implantarse en el cuerpo, estos materiales desarrollan una capa superficial biológicamente activa de apatita que se une estrechamente a la apatita ósea y, de este modo, el hueco se rellena con tejidos recién formados. Esto significa que la formación de apatita es el requisito más importante.
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