El peso económico que ha tenido la actividad salinera durante siglos ha permitido resguardar muchos de estos enclaves frente a los procesos urbanísticos del litoral, manteniendo algunos de los paisajes más singulares y sugerentes del litoral mediterráneo. Se ha producido una simbiosis, en la que el paisaje, las especies presentes de flora y fauna son consecuencia de la actividad salinera, y esta actividad se ha podido desarrollar por las especiales características del medio físico. Las Salinas de San Pedro del Pinatar son una explotación industrial consolidada y que mantiene el típico paisaje salinero, gracias a una serie de procesos históricos de modernización y ampliación, que ha permitido adaptarse a las necesidades socioeconómicas de cada momento.